Analía Zwick, doctora en Física, dice tener una deuda con la sociedad. Y en eso está en estos momentos. “Desde mi rol de científica, debo retribuir al Estado y la sociedad por la educación pública y gratuita que me brindó”, cuenta a Diario Textual.
“Any”, como la conoce su familia y amigos, cursó estudios primarios y secundarios en Guatraché y desde hace dos años trabaja en el Centro Atómico Bariloche. Ha realizado estudios en Brasil, Israel y Alemania y, en 2016, volvió al país becada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Hace unos días fue una de las distinguidas en la 12° Edición del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”, a raíz de su trabajo sobre los sensores cuánticos y sus aplicaciones en las imágenes por resonancia magnética.
Zwick se encuentra en Bariloche y desde allí dialoga con Diario Textual. “Llegué con 10 años a Guatraché, un pueblo lleno de diagonales donde todo se inmovilizaba a la hora de la siesta, donde se comían ‘masitas’ en vez de galletitas y había ‘toscas’ en vez de piedras… Concluí la primaria en la Escuela 60 y soy promo ’99 del Instituto Juan Bautista Alberdi de Guatraché”, dice.
Siguió sus estudios en Córdoba. “A los 17 años seguí mi viaje, ya sintiéndome toda una pueblerina pampeana”, cuenta. “Estudié en la Universidad Nacional de Córdoba donde me recibí de Licenciada y Doctora en Física”.
¿Por qué la Física? “A través de mi participación en las Olimpiadas de Matemática, en la secundaria, descubrí lo alucinante que son las matemáticas como herramienta y medio de expresión. La naturaleza me apasiona y me genera muchas preguntas. Elegí estudiar Física, que usa a la matemática como lenguaje, para responder todas esas curiosidades”, dice.
Zwick tiene doctorado y postdoctorado en Física. “Realicé estadías de estudios universitarios en Brasil, de doctorado en Alemania y postdoctorado en el Instituto Weizmann de Ciencia en Israel. Sumando 7 años de residencia en el exterior, en el 2016 regresé al país como Investigadora del Conicet”, cuenta.
Dice que, desde que volvió a su tierra, surgió la posibilidad de participar en la creación y desarrollo del nuevo departamento de Física Médica. “En ese contexto, junto con el doctor Gonzalo A. Álvarez, investigador del Conicet, comenzamos el nuevo Laboratorio de Espectroscopia e Imágenes por Resonancia Magnética Nuclear. Nuestro objetivo es el desarrollo de nuevo conocimiento, tecnologías y recursos humanos en esta área de investigación vacante”.
-¿Qué son los sensores cuánticos y cuáles pueden ser sus aplicaciones en las imágenes por resonancia magnética?
–Explotamos conceptos de la física cuántica para desarrollar nuevas tecnologías de imágenes por resonancia magnética que puedan mostrar de forma no-invasiva cambios en nuestros tejidos biológicos a escalas muy pequeñas, hoy por hoy inaccesibles. En este contexto, utilizamos a las moléculas de agua que tenemos dentro de nuestro cuerpo, como sensores cuánticos o “espías” del mundo que las rodea, es decir, nuestro cuerpo por dentro. Las controlamos con técnicas de resonancia magnética para caracterizar la microestructura subyacente de forma eficiente en tiempo y precisión. Esto sentaría las bases de una herramienta que esperamos pueda identificar marcadores tempranos de ciertas patologías como el cáncer y las neurodegenerativas como el Alzheimer.
La investigadora dice que es “imperativo fortalecer el sistema científico y tecnológico” del país para que el desarrollo de conocimiento y tecnologías sean su principal herramienta y motor de crecimiento.
-¿Qué significa para vos trabajar en el Centro Atómico?
-Es un placer y un orgullo ejercer mi profesión en el Centro Atómico Bariloche que, junto al Instituto Balseiro, tiene una extensa trayectoria de excelencia científica. Me alegra poder desde mi rol de científica retribuir al Estado y la sociedad por la educación pública y gratuita que me brindó. Es un placer y un orgullo contribuir desde mi rol de científica en este lugar al Estado y la sociedad.