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Daniel Lovera: “Las políticas sociales del sindicato hoy tienen que respaldar al trabajador en esta crisis histórica”


El secretario general del Centro Empleados de Comercio y senador nacional, Daniel Lovera, en razón del día de los mercantiles, evaluó la situación general de sus representados en la provincia y en el país.

-¿Cómo analiza la situación nacional para el sector de los mercantiles?

-Lamentablemente nuestros análisis acerca de lo que entendíamos que pasaría con este gobierno nacional se han venido dando, desde nuestro trabajo por la ley antidespidos, que logramos debatir democráticamente y que después no se convirtiera en ley, adelantamos que esta crisis tomaría el rumbo que hoy sufrimos. Hace dos años que las cosas que pasan no nos sorprenden, pero no por eso son menos trágicas. Todas las situaciones que previmos en cuanto a la precarización del trabajo hoy son parte de la realidad. Y esto es producto de la pérdida del salario, de la devaluación, del incremento de la deuda, de los impuestos, de los tarifazos, de la dolarización de los servicios y de las bajas en las jubilaciones. Un combo realmente tan peligroso como previsible. La clase que genera el verdadero movimiento del país, la que lo sustenta con su trabajo y con su consumo, es decir la clase media y media baja, está viviendo el peor momento quizá- de su historia, y allí están enmarcados los empleados de comercio.

Esto es una muy mala noticia. Nosotros trabajamos para aportar, desde nuestro lugar, ideas y soluciones a tantos problemas, con salarios que corren de atrás a la inflación, con un desempleo creciente anunciado por los organismos oficiales, con intentos de reformar nuestra legislación laboral buscando más beneficios para los empleadores, se hace el camino cuesta arriba, pero sabemos que estamos del lado correcto, que discutir por los problemas y los derechos de los trabajadores en un plan de derecho democrático, es nuestra razón de ser. Por eso hemos ratificado que no vamos a acompañar ninguna de las iniciativas que hay en el Senado para la llamada reforma laboral y que haremos lo posible para que no se pierdan los derechos que tanto nos han costado conseguir.

-¿Cómo es la situación en la Provincia?

-Nuestra provincia no está aislada del impacto de las políticas nacionales. No hemos tenido hasta ahora despidos masivos en comercios pero sí sufrimos impactos en otros espacios productivos, como la industria cárnica y Calzar, por ejemplo. Se han multiplicado las consultas sobre reducción de jornada de trabajo y esto es otra señal inequívoca que vamos por el camino erróneo. Las políticas proactivas provinciales del área de Producción aportan a paliar, en gran medida, los desatinos nacionales porque constituyen la proyección de políticas de Estado, pero el impacto social de la desvalorización de los sectores del trabajo es transversal a todo el país. Los dirigentes nacionales entienden que la solución a los problemas pasa por tener empleados más pobres, y nosotros estamos convencidos que la justicia social es lo que garantiza el camino del desarrollo, es una diferencia ideológica y conceptual.

En La Pampa, nosotros hemos trabajado y continuamos trabajando con fuerza para que no se retrotraigan derechos, pero desde el contexto nacional no se nos ayuda nada. Justamente; este año, estamos celebrando los primeros cinco años de la sanción de la Ley de Descanso dominical, una norma que ha marcado un antes y un después en relación a los derechos de los trabajadores mercantiles. Es única en su tipo en Argentina, ninguna provincia la tiene, solo La Pampa, y esto ha sido la fuerza de la militancia de los dirigentes sindicales junto a los que están en las trincheras, que son la base de sustentación de todo el sistema: los trabajadores organizados. En estos momentos se está poniendo a prueba la función del sindicalismo: cumplir con los objetivos fundacionales y ser receptivos a todas y cada una de las inquietudes de los trabajadores.

-¿Qué puede hacer en ese contexto el sindicato?

-Nuestro sindicato se sostiene y se multiplica profundizando sus políticas sociales, tratando de apuntalar con beneficios en estos momentos tan difíciles. No es una tarea sencilla, pero como estamos organizados, sabemos qué hacer. Nuestro programa PAIS revolucionó desde su creación la ayuda a los afiliados allí donde más se siente, que es en el sistema de salud.

Ante coberturas insuficientes y dineros que nunca alcanzan, el gremio se propuso, con marcado éxito, ayudar en todo a lo que la obra social no puede llegar. Invertimos sumas millonarias pero nunca lo consideramos como un gasto, para nosotros el bienestar del afiliado y su grupo familiar es un derecho que conseguimos y mantendremos.

En estos días es difícil hablar de alegrías, pero una mirada positiva hace posible que seguir adelante sea más fácil. A nivel nacional hay un pedido para que los aumentos prorrateados en los meses venideros se otorguen juntos en octubre, y a nivel local acompañamos a todos los empleados de comercio en las situaciones que se les presentan a diario.

Escuchamos y tratamos de solucionar, pero sobre todo lo primero, porque como digo siempre, escuchar es una de las cosas más importantes que aprendimos a hacer y lo practicamos a diario. Es la manera de decir a todos que no están solos, que nuestro sindicato creció, pero que sigue conteniendo y sigue generando ideas.

-¿Fue alta la participación en las elecciones recientes?

-Claro, esta manera nuestra de proceder se vio reflejada en las elecciones, no solo porque nos volvieron a elegir, sino porque los afilados demostraron que la participación se aprendió y se volcaron masivamente a las urnas, algo que agradecemos enormemente y que nos compromete cada vez más en nuestra tarea. Es por eso que, evocando el día del empleado de comercio, que comenzó precisamente haciendo eco de cambios favorables en el marco del antiguo Código de Comercio, antecesor de la Ley de Contrato de Trabajo, les digo que nuestros derechos son irrenunciables y que desde nuestro lugar, en el sindicalismo y en política, haremos todo lo que esté a nuestro alcance para demostrar que los trabajadores en general, y los empleados de comercio en particular, merecen respeto y oportunidades para crecer.

A cada uno de los compañeros, le hago llegar un abrazo enorme, esperando que la situación social se transforme en beneficio de los que menos tienen.




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