Con notable preocupación por la situación de las obras sociales, el ministro de Salud, Mario Kohan, dijo que el Estado debe hacerse cargo de la regulación de los precios de los medicamentos, ya que para algunos tratamientos médicos se está poniendo en peligro la financiación por el elevado costo que tienen.
El funcionario pasó por la Comisión de Legislación Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados y reveló aristas preocupantes de su reciente participación en el Congreso de Obras Sociales Provinciales.
“A mí lo que más me preocupa es un grave problema que estamos teniendo en la Argentina y en todo el mundo, y en nuestra provincia…el costo del medicamento y algunos tratamientos, que se están dando, que no son de tanta probada eficacia pero que son exigidos generando muchos conflictos. Tenemos que discutir entre todos una ciudadanía responsable a la hora de reclamar a una obra social qué queremos, porque el derecho individual no puede estar por encima del derecho colectivo y esto en salud se debe aplicar absolutamente. Es algo que hay que tomarlo muy en cuenta porque estamos desfinanciando el sistema y corremos riesgo de perderlo”, expresó Kohan.
El ministro pampeano aseguró que los laboratorios, haciendo un real abuso de las patentes, recaudan un billón de euros al año con los medicamentos. “Pero el costo de los mismos es el 21% de su precio de venta o sea unos 210 mil millones de euros. Y una rentabilidad razonable podría ser del 5%, o sea 10.500 millones de euros. Esto significa que se quedan con un excedente de 220500 millones de euros. ¿Qué excusa tienen para semejante diferencia? Pagar la investigación”, explicó.
Y agregó: “Ahora, aunque está comprobado que para investigación se destina el 16% del costo del medicamento, lo que significarían unos 160 mil millones de euros, ellos dicen que invierten 779.500 millones de euros. Aún así, les queda una impresionante rentabilidad de 600 mil millones de euros, lo que torna injustificadamente carísimos a los medicamentos”.
“¿Y eso por qué? Porque los grandes inversores de la industria farmacéutica son fondos de inversión que aspiran a una ganancia equivalente al mejor negocio financiero”, sostuvo Kohan.
Tratamientos
El ministro de Salud dio como ejemplo el registro de abuso en los precios de todos los medicamentos: “El tratamiento de la hepatitis C se hace con un medicamento que de costo debería pagar el paciente 58 euros por día y en realidad paga 10.220 euros. Una medicación contra el cáncer debería significarle al paciente 161 euros diarios y paga 28.400 euros. Contra el SIDA, debería pagar 82 euros diarios y paga 7.250 euros. Y para una enfermedad llamada neumocos, el paciente debería pagar un medicamento a razón de 5 euros diarios y lo cobran a 159 euros diarios”.
Además, dijo que la industria farmacéutica es sumamente seductora y ofrece pago a plazos, ofrece descuentos, paga por valor, riesgo compartido, pago por volumen. “Y se las ingenia para comprar la voluntad de todos: influye sobre médicos, entes reguladores, pacientes a los que les fabrica una realidad que no es, gobiernos, jueces, etc”, denunció.
“Particularmente en La Pampa se dan, o han dado, casos muy elocuentes: hay una chiquita que padece de síndrome urémico hemolítico por el cual se la está tratando con un medicamento denominado Ecolizumab, que le demanda al Estado una inversión de U$S 55.250 mensuales, o que significa que para obtener un beneficio relevante se está pagando 24 millones de pesos por esa única paciente al año”, dijo Kohan y agregó otro ejemplo: “Hay otro paciente que necesita tratarse por la mucopolisacoridosis que padece, con un medicamento de un costo de 15 millones pesos al año”.
Las estadísticas también han revelado que para que un paciente con cáncer de pulmón obtenga una sobrevida de 2,8 meses, hay que tratar a cinco pacientes con la misma patología con una inversión de 15.600 millones de pesos al año, añadió.
“El Sempre está invirtiendo en medicamentos de un 32 al 35% de su presupuesto, cuando para que funcionara bien toda la obra social, no se debería invertir más del 20% en medicamentos”, explicó.
“Es necesario que el Estado regule el precio de los medicamentos. Hoy por hoy Francia es el único país en el mundo que, por ley, prohíbe los tratamientos compasivos, que son aquellos a los que se recurren, por prescripción médica, aunque sin ninguna comprobación científica aún y sin que esté a la venta, por lo que son de un precio exorbitante, después de haber fracasado uno, dos, tres o más tratamientos”, destacó.
Y concluyó: “Necesitamos de un Estado menos paternalista y de más ciudadanos responsables. Debemos preguntarnos si es responsable que para una sobrevida de 6 meses, una obra social o le Estado invierta un medicamento de un costo que supera los dos millones de dólares. El derecho individual no puede ser superior al derecho colectivo”.