Para ellas, era su “abuelo”. “Se había casado con nuestra abuela y vivían en Santa Rosa. Era nuestro abuelo, pero nos abusó”, contaron. Una de ellas tenía seis años cuando comenzó a ser violada, mientras le ponía “dibujitos” en la televisión. La otra, una prima hermana, 11 años. Lo denunciaron luego de una marcha por Ni una Menos, que se realizó por las calles de la ciudad, y ahora fue condenado a 18 años de prisión.
La sentencia, a la que accedió Diario Textual, fue firmada por el juez Gastón Boulenaz. Lo condenó por el delito de “abuso sexual en su figura básica por ser la víctima menor de trece años de edad, agravado por ser cometido contra un menor de 18 años aprovechando la situación de convivencia preexistente -dos hechos-, los que concursan en forma real entre sí (Art. 119 primer párrafo, primer supuesto y cuarto párrafo inc. f) y 55 del C.P.”.
Estos hechos se produjeron, durante varios años, en tres viviendas de Santa Rosa. El imputado se había casado con una mujer 20 años mayor.
Dos de las víctimas fueron dos chicas, nietas de la mujer. Según dijo el juez en la sentencia, una de las nenas comenzó a ser atacada a los 6 años de edad y por el lapso de 4 años. Ella hizo la denuncia cuando cumplió 16 años de edad: fue luego de participar de una de las primeras marchas por Ni una Menos. “Se lo conté a mi prima y ella también me contó que había sido abusada”, sostuvo.
Dijo que alrededor de 2005 comenzaron las violaciones. La comenzó a tocar y la penetró. “Yo le dije que eso no me gustaba, y él se acercó y me dijo que si le gustaba, y seguía haciendo lo mismo, sin importarle”, dijo.
Contó que los tocamientos eran por debajo y por encima de la ropa, casi siempre cuando iban a la casa de la abuela. “Había gente pero era cuando hacían sobremesa. Cuando él me ponía los dibujitos pasaban los abusos en la habitación que quedaba arriba”, dijo. Los abusos terminaron cuando el imputado se separó de su abuela.
Su primera, en tanto, relató un solo episodio: en una oportunidad cuando tenía 11 años de edad y estaba acostada en la cama de su abuela, el imputado se le acercó, le bajó el corpiño de la bikini, la bombacha y comenzó a lamerle la zona de los pechos mientras le tocaba la vagina con sus dedos.
El imputado se fue a Pico, a la casa de su hermana. Negó las acusaciones. Pese a esta condena de 18 años, el juez consideró que no había riesgo de fuga y por eso rechazó la prisión preventiva. Posteriormente, según dijeron a Diario Textual familiares de las víctimas, fue detenido.