Con esa idea, Mauricio Macri retomó este jueves la campaña electoral en Córdoba, uno de los dos únicos distritos en los que se impuso en las primarias. Aunque, publicó La Política Online, esta vez el presidente empezó a sentir el frío de la derrota: el Juan Schiaretti, que supo recibirlo con honores, esta vez armó una recorrida por el interior y lo esquivó.
En medio de las turbulencias económicas, el presidente dio inicio a las recorridas de campaña (que se inicia formalmente el sábado) para las elecciones generales de octubre, una tarea que hasta ahora parecía acotada a su candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto.
Macri encabezó un acto junto a Ramón Mestre y Mario Negri, y al inicio de su breve discurso hizo casi un pedido de disculpas por haber vuelto a la campaña. «Todos sabemos que después de las PASO hemos tenido una nueva incertidumbre política y económica, con lo cual estoy muy focalizado en mi responsabilidad de volver a estabilizar la economía y llevar alivio a todos los argentinos», dijo, pero aclaró que quiso hacer «una escapada».
Aunque ya sin el tono de los encendidos discursos de la campaña previa a las PASO, Macri se entusiasmó con el aliento de sus seguidores y al final arengó: «Vamos con fuerza y claro que se puede».
Luego, ante los periodistas dijo que está «convencido de que la elección no sucedió» y «con energía» para ir al ballotage. «Claro que sí», respondió consultado sobre si cree posible revertir el resultado.